Nuevamente deberiamos comprar otro violoncello, otra vez el pajaro azul otro viloncello cremona de casi el doble de valor pero no asi de calidad este tal vez de principiante, con el que trabajo los siguientes dos años, pero al mejorar su nivel los maestros notaban que el violoncelo no era de mucha ayuda por lo que iniciamos la busqueda de un nuevo instrumento.
Conseguimos un Suzuki reparado por el umico lutier de la ciudad a un precio no muy barato para nuestra economia pero este parecia ser el instrumento que estabamos buscando, solo lo uso por unos meses hasta que en un viaje en avion lo entregaron en dos pedasos cabe destacar que la aerolinea no se hizo responsable, la reparacion parecia ser mas cara que el mismo instrumento, pero se logro reparar a travez de un consejero de la escuela a la que asistia mi hija, estabamos felices hasta que un amigo musico la escucho y menciono la necesidad de conseguir o reparar el cello, al parecer en la reparacion ultima algo no habia quedado bien y necesitaba ser corregido, pero nos sugirieron mejor conseguir un nuevo instrumento lo cual no hemos conseguido todavia.
Siempre comentamos que a pesar de las limitaciones, instrumentos de una baja calidad, cuerdas a veces oxidadas, falta de recina etc eso ha echo que el esfuerzo siempre haya sido mayor, como le digo a mi hija imaginate si tuvieras el cello indicado lo que podrias hacer, asi que con paciencia, la veo estudiar y practicar todos los dias tratando de mejorar su nivel aun que no tenga un maestro que le ayude.
Que privilegio el nuestro como familia, escuchar a nuestros hijos practicar a pesar de todas las limitaciones, sobresalir cuando todo esta a favor requiere menos esfurzo, pero cuando nadamos contra la corriente nuestra fortaleza aumenta y nos ayuda a valorar lo que logramos.